309. UN ENCUENTRO INESPERADO
Sofía sonrió feliz acariciando la cabeza de su esposo mientras él continúa acariciando su vientre y llenándolo de besos. Su felicidad es inmensa al escucharlo decir.
—Bebés, papá los cuida, vamos, dejen que mamá descanse — habla con su manos puesto en el vientre de su esposa, para luego levantarse y abrazar a Sofía fuertemente y decirle—. No sabes cuánto me asusté al ver cómo se dirigía esa arma hacia ellos. No tendré nunca con qué pagarle a mi suegro. ¿Dónde lo dejaste?
—El tío Javier lo llamó para conversar algo —respondió Sofía, su voz calmada pero aún con rastros de la tensión sufrida—. ¿Viste a Hanriet? Quiero que me acompañe a comer una crema que le preparé, ya debe de estar vomitando por su estómago vacío.
En ese momento, Hanriet apareció junto a Lady Altagracia, que se había cambiado de ropa, y lucía hermosamente.
—Estoy aquí, mi prima —dijo el Joven Lord con una mezcla de alivio y anticipación—. Madre, ella es mi prima Sofía; ella es la que me ha estado cuidando. ¿Pri